La Universidad de Córdoba encarga a Mañez y Lozano S.L. el equipo más moderno y ecológico para tratar plagas del olivar
El atomizador agrícola más avanzado del mundo
La empresa valenciana Mañez y Lozano ha ganado el concurso convocado por la Universidad de Córdoba para fabricar un prototipo especial de turboatomizador que realice tratamientos contra plagas del olivar con máxima eficacia y mínimo impacto ambiental.
Mañez y Lozano es una firma puntera en la fabricación de atomizadores que destina a todo tipo de cultivos del mercado español y exporta a numerosos países de Europa, América y África. Está especializada en aplicaciones en cítricos, frutales y olivar. Tiene su sede y fábrica en Alginet y delegaciones en Palma del Río (Córdoba) y Beja (Alentejo, Portugal).
El aparato que empieza a construirse ahora, y cuyo desarrollo culminará en agosto de 2015, forma parte del programa Meca Olivar, puesto en marcha por la Universidad de Córdoba para impulsar la creación de nuevos equipos y sistemas que permitan una mayor mecanización del cultivo y la recolección de la aceituna, reducir costes y aumentar la competitividad.
El programa se estructura en seis grandes líneas. Tres de ellas están encaminadas a incrementar la tecnificación de las labores recolectoras mediante nuevos procedimientos de vibración de troncos, sacudidores de copas del arbolado y sistemas de agarre de vibradores.
La cuarta línea, a la que se presentó Máñez y Lozano, promueve el diseño, desarrollo y construcción de un prototipo de equipo de aplicación de fitosanitarios que optimice los resultados tanto desde el punto de vista de la eficacia contra plagas como por su mínima incidencia medioambiental. Otra condición es que el aparato sea válido para el olivar tradicional y las modernas plantaciones intensivas en seto.
Adaptar el arbolado
La quinta línea de innovación busca similares objetivos pero en la aplicación de herbicidas. Y por último, la sexta se encamina a desarrollar sistemas de adaptación de los árboles a la mecanización y a evaluar la deriva de los equipos de aplicación.
El prototipo de turboatomizador encargado a Máñez y Lozano se basa en las modernas máquinas de la firma, sumándole todas las innovaciones tecnológicas existentes para que sea la más avanzada del momento y la más grande. Tendrá una cuba de poliéster de 4.500 litros, para reducir tiempos muertos entre cargas, con rompeolas en cruz en su interior para evitar desplazamientos del líquido que afecten a la estabilidad. Con la misma idea de aumentar la seguridad, contará con ballestas de amortiguación, doble eje y cuatro ruedas. Además llevará un depósito accesorio de agua para limpieza de circuitos y aseo del operario.
La bomba de pistones de 120 litros por minuto alimentará las boquillas aplicadoras de un conjunto doble situado en vertical, con un ventilador independiente en cada uno (de 820 milímetros de diámetro cada uno), que podrán funcionar en solitario o a la vez.
Cada bloque de boquillas y toberas se podrá ajustar automáticamente para aproximarse a la masa foliar a tratar, en función de la estructura del arbolado o los desniveles del terreno. Equipos de sensores por ultrasonidos gobernarán estas evoluciones, así como la sucesiva apertura y cierre de válvulas de precisión motorizada, al efecto de optimizar la aplicación del caldo fitosanitario y que el aparato sólo pulverice cuando haya arboleda a tratar enfrente de las boquillas de aplicación.
De esta forma se evita que haya vertidos innecesarios de caldo pesticida al aire o al suelo, lo que redunda tanto en el respeto al entorno como en evitar pérdidas económicas, ya que se optimiza que los productos fitosanitarios rocíen sólo las hojas del cultivo.
Carga electrostática
Con este mismo objetivo de eficiencia y respeto ecológico, el prototipo contará con un dispositivo especial de pulverización electrostático. Se basa en el principio de la electricidad estática. La mezcla de caldo y aire empujados por las boquillas y las hélices sale cargada con electricidad. Es el polo positivo, mientras que la masa de los árboles constituye el negativo. En consecuencia, se produce una atracción entre ambos polos que propicia una perfecta aplicación y reparto del caldo fitosanitario y evita su deriva al aire.
Otros dispositivos innovadores son el sensor de velocidad y el caudalímetro para ajustar en cada momento la proporción aplicada, previamente fijada en el programador Sistronic, y un sistema de GPS que fija los datos de aplicación en cada punto, con litros por superficie y por árbol, pudiéndose trasladar todo a un ordenador, tablet o smartphone.
El fabricante tendrá la exclusiva patente del aparato por cuatro años.
Noticia publicada en el periódico Las Provincias. Enlace a la noticia CLICK AQUÍ